lunes, 12 de enero de 2009

CÓMO REGRESASTE





Y ……….
Cómo regresaste, ¿fue en el tren? Posiblemente fue un viaje agitado, con el tren que de pronto lanzaba un penacho blanco de vapor y de pronto caía en fina lluvia sobre la máquina, cuéntame; adelgazaste mucho, posiblemente perdiste muchas gotas en la espera; su presencia cambió tu vida. Al regresar, de seguro la casa oscura se llenó de luz, y los muebles se llenaron de aire, de sol, de rumores y reflejos verdes, azules, de todo color. Se que vives en un pueblo numeroso aunque poco feliz, de reverberaciones y ecos. ¡Cuantas olas se encuentran en una ola del río¡ y cómo puede hacer playa o rompeolas; un pecho, una frente coronada de espumas; hasta los rincones abandonados, los rincones del polvo son tocados por las olas para dejar todo limpio. Todo se debe haber puesto a sonreír y por todas partes brillarían dientes blancos o dorados. El sol entrando muy gustoso en todas las habitaciones y cuando al fin las abandones, el barrio, la ciudad y las estrellas te verán salir de tu casa, muy a escondidas.
Sabes que el amor es un juego, una creación perpetua, todo es playa, arena, lecho de sábanas siempre frescas, si te abrazan te yergues increíblemente esbelta como el tallo líquido de un chopo y te envuelve en un penacho de risas que caen sobre tu pecho
Recuerdo cuando te encontré un día al azar y luego de la conversación nos palpamos con voces ignorantes de lo que vendría; ¿fueron fragmentos de algún culto nuestro abrazo? ¿dueño de qué poderes ya desaparecidos fue nuestra atracción?
Ahora somos portadores de olvidos peligrosos para nuestro pequeño sistema de vida que está hecho de erizadas negaciones; de todas formas, aunque tenga un dolor a cuestas, no puedo separarme de ti, por lo que como de costumbre, estaré esperándote en el lugar de siempre con la esperanza de verte pasar frente a mí…..